17/6/12

Morrones asados

Después de dos días de encierro, hoy por fin conseguí poner los pies en la calle. Había estado lloviendo. Mi hija y yo mirábamos los días pasar a través la ventana, grises, oscuros, nublados. El agua rompía lánguidamente la monotonía de una mañana que no se diferenciaba en nada de la tarde del día anterior.
Pero, ya lo saben los viejos, siempre que llovió paró y hoy no fue la excepción. En cuanto cayó la última gota le puse a la bebé su gorrito de lana, la envolví en mantas como paquete para encomienda y una vez amarrada al changuito nos apresuramos hacia la vereda con el entusiasmo de quienes salen de la escuela.
Dimos dos vueltas a la plaza aspirando el perfume de la tierra mojada. Como los árboles están más bien ligeros de hojas, pudimos ver a las cotorras que son plaga en Santiago comiendo ramas. Era bien divertido, en lugar de hojas, las ramas soportaban un montón de cotorras verdes que de lejos -o sin lentes en mi caso- parecían follaje alado.
Seguimos rumbo al súper para reabastecernos de provisiones. Entré empujando el cochecito por la puerta que da a las heladeras de las verduras. Y ahí los vi, brillaban rojos y húmedos entre los berros y las espinacas en bolsas. Sendos pimientos morrones, de tamaños variables, a un precio razonable porque esta es su estación. Compré 5.
Ya de vuelta en el departamento anuncié a quien quisiera oír, hoy cenamos morrones asados.En ese momento pensé que la mitad del placer está en llamarles así, "morrones asados", con esa familiaridad que hay entre amigos.
Puse los 5 morrones a asar. Mientras le daba su manzana rallada a la bebé, escuchaba a lo lejos el chisporroteo de los pimientos cociéndose. Hasta que por fin comenzó a llegar al comedor el aroma inconfundible de los morrones asados. Diez minutos más tarde el departamento entero olía a morrones y a tarde de otoño después de la lluvia.
Cuando estuvieron listos, con su costra de cocción en los tres lados, apagué el fuego, puse la tapa y esperé a que se entibiaran. Mientras los pelaba y les quitaba las semillas llegaron sin aviso los recuerdos. Cuando era una niña le ayudaba a mi viejo a pelar los morrones y él me explicaba que no había que perder ni una gotita del jugo que tenían dentro. Yo veía el líquido ámbar escurrirse por las manos curtidas de mi papá hasta la fuente donde los iba colocando delicadamente. Después los aliñaba con sal, pimienta negra y aceite de oliva mientras esperaba que se tostaran algunas rodajas de pan. Al final tomaba una, la humedecía con el jugo de los morrones aliñados, colocaba dos o tres trozos encima y me la pasaba. Comíamos así, de pie y apoyados en la mesada de la cocina, con una mano debajo de la otra para atrapar el jugo furtivo después de cada mordida.
Estas son dos de las cosas que he aprendido con mi viejo, una es a preparar morrones asados; la otra es a disfrutar hasta la última gota de aquellos placeres que, como los morrones, no se consiguen todos los días. 




5 comentarios:

  1. Gabi querida, gracias por compartir con todos nosotros, tus ricas recetas, tu filosofía de vida y sobretodo tu hermosa forma de escribir.....al leer corazón contento, uno llega a sentir el olorcito de esos pimientos asados y se queda con el gustito de un lindo final.
    Te quiero mucho.
    Ari

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    1. Gracias Ari por la complicidad, yo también te quiero mucho!

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  2. no tiene desperdicio, para comer y disfrutar hasta la ultima miguita.....me llevaste al momento, oli tus morrones asados, senti la calidez de tu hogar. Gracias Gabi, ademas de eximia cocinera deberias dedicarte tambien a la literatura. Besos a la dulce Tete.

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    1. Eva! que bueno tenerte por acá!! espero estar a la altura de mis entusiastas seguidoras, gracias!

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    2. entro a tu blog cuando obligo a descansar mi mente de tanta voragine y me siento como a los 10 años cuando llegaba corriendo de la escuela, a la cocina de mi abuelita, y me abrazaba a su delantal floreado con olor a ensalada de tomates con mucho oregano....esto mas que blog, parece un hogar, esos de cocina grande, con olor a tuco...me encanta, no te preocupes que estas totalmente a la altura de las cocinas mas hogareñas del planeta...besitos a la pequeña chefcita!!!!!

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